El salario real se desplomó un 14,4% desde que Alberto Fernández y Cristina Kirchner llegaron al pod
El reporte mensual de salarios del CEEAXXI confirmó un fuerte deterioro del poder adquisitivo a partir del estallido inflacionario de julio. La capacidad de compra de alimentos cayó hasta un 20,4% desde que el kirchnerismo retornó al poder.
Cada vez existen más indicios del inminente colapso del programa económico kirchnerista. El más reciente informe salarial correspondiente al Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI) los salarios reales cayeron un 4,4% solamente en septiembre, y hasta un 13,3% en comparación con el mismo mes del año pasado.
La inflación del mes de septiembre alcanzó el 6,2% en comparación con agosto, y marcó un promedio del 6,8% desde julio. El fuerte estallido inflacionario producido tras la renuncia de Martín Guzmán aceleró dramáticamente el deterioro del poder de compra de los salarios.
Tomando únicamente la inflación registrada en alimentos, que ascendió al 6,7% en septiembre, el poder de compra de los salarios cayó hasta un 2,1% contra agosto y se derrumbó un 17,7% interanual.
Por fuera de ciertos bienes y servicios con precios regulados por el Estado, como la salud, las telecomunicaciones o las tarifas públicas, el consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas constituye una de las principales partidas en la canasta familiar promedio.
Los beneficios prometidos por el kirchnerismo jamás pudieron materializarse en la realidad. Los salarios reales acumulan una fuerte caída del 14,4% desde que Alberto Fernández y Cristina Kirchner asumieron el poder en diciembre de 2019. El poder adquisitivo de los salarios ya se encuentra en los niveles más bajos desde el año 2003, antes de la recuperación post-2002.
Por otra parte, el poder de compra de los salarios sobre productos alimenticios se desplomó en un 20,4% desde que el kirchnerismo asumió la dirección del país. La tasa de inflación interanual ascendió al 83% en septiembre según confirmó el INDEC, y se encuentra en 30 puntos porcentuales por encima del nivel heredado por la administración Macri en diciembre de 2019.
Los elevados niveles de inflación hacen completamente imposible la correcta previsión para celebrar contratos de trabajo con pautas salariales crecientes, y la mayor parte de las paritarias negociadas este año no pudieron compensar el aumento de los precios.
Estos resultados se observan aún a pesar de que una gran parte de los componentes del IPC que releva el INDEC se encuentran regulados, a la negativa de producir una mayor devaluación sobre el dólar oficial que se utiliza para la importación de insumos básicos, y a la gran proporción de esterilización de dinero que realiza el Banco Central mes a mes.
El presidente Alberto Fernández se desligó de cualquier responsabilidad, y culpó a la pandemia de 2020, a la deuda heredada del Gobierno anterior y finalmente a la guerra entre Rusia y Ucrania, por todo el aumento inflacionario sufrido durante su gestión.
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